Mi primera decisión cuando joven fue no terminar el colegio en Bogotá, sino irme como cadete de la Escuela Naval en Cartagena a hacer flexiones de pecho y abdominales a pleno rayo del sol. Durante esos dos años formé mi carácter, aguanté entradas al calabozo, aprendí el trabajo duro con compañeros de todas las regiones y todas las extracciones sociales; y también aprendí a bailar con las costeñas más lindas que he visto, en las playas de Marbella. Mi hijo menor quiere hacer ahora el servicio militar, y lo he alentado en ese propósito. Mis otros dos hijos estudian en la universidad.De esa experiencia en la Armada aprendí muy joven que la vida cómoda de Bogotá no se parecía en nada al mundo real en el que viven los colombianos. La mayor parte de la gente en nuestro país pasa y ha pasado muchos trabajos. Por eso se volvió una obsesión entender y ayudar a solucionar aquellos problemas que hacen que la vida sea tan dura para la mayoría de nuestros compatriotas. Muchos de los jóvenes que leen esto tienen esta misma motivación. Por esto escogí la carrera de economía y la vida del servicio público. pero trabajamos muy duro para que Colombia superara la peor crisis económica en 70 años; ayudamos a que muchos padres de familia recuperaran sus trabajos y sus viviendas, y que muchos jóvenes pudieran retornar a los estudios, con el programa ACCES de ICETEX.
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